Una escopeta es un arma de ánima lisa o rayada, de mano y que se sostiene con el hombro, diseñada para descargar varios proyectiles (pequeñas balas, conocidas como perdigones) en cada disparo.
Se trata de un tipo de arma ligera utilizada sobre todo en caza menor, en particular para aves o en competiciones de tiro al blanco. Las escopetas utilizadas en la caza mayor o destinadas a usos de policía o propósitos militares se cargan con una única posta cónica o con perdigones de mayor tamaño.
Las escopetas en combate, al disparar proyectiles múltiples, es decir, una "nube" de proyectiles a la vez con cada disparo, permiten acertar con facilidad a corto alcance. Aunque sea con parte de las postas, siendo un impacto de lleno demoledor. El poder de detención de un disparo a corta distancia es enorme. Al ir "abriéndose" la nube de postas se puede acertar a más de un blanco a la vez, si están juntos, a dos a unos 15 m y a 3 a unos 35 m. La dispersión de las postas, y la rápida perdida de velocidad, hacen que pierda eficacia rápidamente a más de 50 m. Al contrario de lo habitual en otras armas, el calibre de la munición de una escopeta no se mide en milimetros o centesimas/milesimas de pulgada. Se usa un sistema de pesos, de tal forma que refleja la cantidad de cartuchos que pueden fabricarse con una libra de plomo. Como es lógico, a menor numero, más grande es el calibre. Por ejemplo, un calibre 20 significa que de un bloque de plomo de media libra se pueden hacer 20 cartuchos, mientras que de un calibre 10 solo puedes sacar 10, por lo que el 10 es el doble de grande que el 20. El calibre más común para caza y combate es el 12, siendo el 20 y el 10 otros bastabte usados. Tambien existen otros calibres, pero son muy minoritarios.
Hasta la primera mitad del siglo XIX se utilizaba el término escopeta para referirse a piezas de caza de pájaros o aves.
El disparo de una carga de perdigones en la caza menor se menciona en las leyes inglesas en 1549, pero este tipo de armas no alcanzaron su expansión hasta los albores del siglo XVII. Hasta el final del siglo XVIII, la mayoría de las piezas tenían un único cañón. Algunas mejoras en la ignición permitieron reducir la longitud y el peso de estas armas, lo que hizo posible la fabricación de armas de dos cañones (uno al lado del otro) y popularizó la caza de aves en vuelo.
Como consecuencia de los avances en la fabricación de todo tipo de armas hasta la mitad del siglo XIX, las escopetas sufrieron algunas mejoras. En este periodo se perfeccionó el cañón agolletado, que hace que la boca del cañón sea más estrecha, de forma que los perdigones se mantienen más juntos en distancias largas. Más adelante se redujo la longitud del cañón hasta las magnitudes habituales de nuestros días, de 5 a 8 dm.
En 1880 aparecieron las escopetas de repetición de un solo cañón, pero se popularizaron con lentitud. Sin embargo, hoy constituyen la mayoría de las escopetas comercializadas. Además de las escopetas tradicionales de un cañón o de dos cañones laterales, que no han cambiado en el siglo XX, existen también las escopetas semiautomáticas y de acción de bombeo.
También en el siglo XlX se usaba el trabuco español que era un arma de fuego con la boca acampanada y de gran calibre que se usaba principalmente en las serranías de Andalucía por bandoleros de la sierra, fueron muy famosos Curro Jimenez y Jose Mª el Tempranillo los cuales usaban estas armas para sus fechorías.
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