Una espada (del latín "spatha", que también sirvió para denominar a la espada larga y recta romana de caballería) es un arma blanca de uno o dos filos que consiste básicamente en una hoja recta cortante, punzante —o ambas—, con empuñadura, y de cierta envergadura o marca (marca: aproximadamente a partir de medio metro). Según la definición estricta no serían espadas los sables, las katanas, etc.
En un sentido más amplio se tiende a entender por espada cualquier arma blanca de cierta envergadura, independientemente del estilo de la hoja. El diseño y construcción de la espada pueden variar mucho. Según la longitud de la hoja, su forma, sus filos, sus empuñaduras, gavilanes, su procedencia, etcétera, recibían uno u otro nombre.
Tienen su hoja metálica afilada en uno o los dos filos si es de tajo, o sin filos con puntas agudas y duras si es de punzar —o ambas características. La empuñadura se hacía de muchos y diversos materiales, sobre todo si eran espadas para "ceñir" o de "parada" aristocráticas, pero se solía emplear la madera o cuerno recubierta —o no— de cuero o cordelería.
Siendo su aparición muy temprana, 4º milenio antes de nuestra era, su hoja se hizo inicialmente de cobre (muy débil), posteriormente de bronce, hierro y, finalmente acero templado.
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